ASAENES: ayuda a los esquizofrénicos


Soy de la generación que estiró tanto tanto las prórrogas del servicio militar como para poder apuntarme a una novedad llamada 'Prestación Social Sustitutoria'. Cómo se me alegró la vida cuando me enteré que no tenía por qué ir a la "mili". Lo que no sabía es lo que se me venía encima. Un amigo mio prestaba el servicio social en un complejo deportivo. Entraba gratis a partidos de baloncesto de primera división, competiciones infinitas de todos los estilos deportivos, y lo único que tenía que hacer era estar. Y encima le pagaban un dinerillo como para ahorrar en tabaco (más o menos). El cupo en este lugar ya estaba cerrado, así que o elegía entre un sitio de tipo administrativo o un centro social de ayuda a enfermos mentales y a sus familiares. Taché la casilla de esto último.
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MARIANO (unos 40 años de edad)
Mariano era hijo de un afamado columnista periodístico. Recorría el local con multitud de folios cuadriculados arrugados y agarrados a su mano. -"¿Tienes un momento Carlos?". Si me negaba era capaz de soltar por la boca insultos que no conocéis. Realmente daba miedo. Así que para equilibrar la balanza algunas veces me sentaba con él en alguna salita:

"La nebulosa de nuestra contemporaneidad arremete cual caballo desbocado sobre el tejado en llamas de los nerones de tres al cuarto..."- me leía. Y así, sin pausas y amenazante, leía y leía haciendo aspavientos y golpeando sobre la mesa.

-"Mariano, me tengo que ir, tengo clase de manualidades..."
-"Joder, pero si me quedan tres folios sólamente. Me ca.....Dáme un cigarro!!!!"

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JERÓNIMO (40 y pico años)
Jerónimo no medía más de un metro cincuenta y cinco centímetros de altura. Llevaba un 'sonotone' pegado a una oreja. Según me contó, fué detenido por la Guardia Civil cuando era adolescente. "Esos hijos de puta me metieron boca abajo en un tonel y estuvieron media hora aporreándolo, así que me dejaron medio sordo". Jerónimo era simpático y entrañable en extremo. Yo llegaba al centro alrededor de las cuatro de la tarde y lo primero que hacía era bajarme con él a una cafetería cercana. El paseo no duraba más de tres minutos.

"Me ha dicho el médico que lo de la pierna se me va a quitar pronto" -me decía sonriente mientras caminaba a mi lado pero hacia atrás. Yo andaba como todos los humanos y el hacia delante pero de espaldas y cojeando un pelín.

-"¡Jerónimo anda derecho, hombre!"
-"No, que me duele la pierna"

Le invitaba a un café, a cinco cigarrillos y nos íbamos de vuelta a clase de lectura.

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MANUEL (veintipico de años)
Manuel era gitano. Gordo, gordo. Con las greñas tapándole unos ojos oscuros y pequeños pequeños.

"Ayyyyyy Carlos, cuánto te quieroooo. ¿Tienes un cigarro?"

Manuel salió una noche de fiesta con sus colegas. Se había metido por el cuerpo no sé cuantos porros, pastillas de no sé qué y un par de botellas de Ron. A la mañana siguiente Manuel era otro.

En la clase de lectura, me decidí a que leyeran 'El Principito' de Antoine de Saint-Exupéry. Creo que un mes llegamos a la página dos.

-"¡Venga, comienza Manuel!"
-"
Pi-do per-dón a los ni-ños por ha-ber de-di-ca-do es-te li-bro a una perso-na ma-yor. Ten-go una se-ria ex-cu-sa: es-ta per-so-na ma-yor es..."
-"¡Para para, Manuel!
-"
...el me-jor a-mi-go que ten-go en el mun-do. Pe-ro ten-go o-tra ex-cu-sa:..."
-"Manuel PARAAAA!. A ver, haz un resúmen de lo que has leído!"
-"¿Qué?"
-"¿Qué has leído Manuel?"
-¿Qué?
-¿Alguien podría decir de qué va lo que ha leído Manuel?

LA SALA EN SILENCIO

-"¡Sigue leyendo Pedro!"

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No os cuento cuando decidí intentar crear un periódico ficticio o cuando me disfracé de hombre invisible en una fiestecilla navideña:

"¿Quién eres, quién eres, quién eres?, ¿tienes un cigarro?

Muy bien, pues os aseguro que todo esto no es ninguna broma. Es una realidad como un templo. Recuerdo a tantos de ellos, taxistas, escritores, abogados, policías, etc, etc, etc. Han pasado más de 10 años y sigo acordándome de todos ellos, de su dolor, de sus familias que tanto sufren y de la poca o insuficiente ayuda que se les presta. Me dije a mí mismo que algún día intentaría poner mi granito de arena para dar a conocer o recordar esta realidad tan jodida.
Si alguno de vosotros, algún medio de comunicación, algún empresario, o quien sea, quiere prestar un ratito de su tiempo y colaborar de algún modo a mejorar la situación de estas personas y de sus familias, por favor haced un simple click. ¡Gracias!


2 comentarios:

  1. Entrañable, Charly. Mi mili fue mucho más tranquila. ¿No has vuelto por allí a ver como les va a tus amigos? Al final te das cuenta de que los locos más peligrosos están fuera de los manicomios...

    Benni qué está pasando

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  2. La verdad es que no he vuelto a saber de ellos, pero como ves sí que me acuerdo.

    El día de que te dé por contarnos "qué está pasando" voy a disfrutar TE-LA.

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